Las pasiones. Las pasiones siempre - o casi siempre - terminan jugando, pisoteando a los designios del corazón. Pero el corazón también es apasionado, y también jode cuando quiere. Y explota en sangre a menudo. Entonces, cuando, de tanto latir, el corazón se detiene. Cuando, de tanto querer cambiar tu vida, el mundo se empeña en recordarte que, a pesar de tu lucha, sigues, y seguirás siendo el mismo. Cuando las cicatrices se llevan en el alma. Cuando lo extraño se transforma en cotidianeidad. Y la cotidianeidad se transforma en aventura... Ahí, justo ahí es que te detienes, respiras profundo, y te dejas llevar por una melodía. Por una melodía que, a la larga, es lo mejor que tienes. Por una melodía que es carta de salvación. Por una melodía que puede ser una sonrisa.
no sé como poder llegar a ti sin tener que decir muchas palabras. no sé como mostrarte como soy sin que te quedes con lo que mi apariencia te dice. no sé que te dice mi apariencia, que soy bueno o malo o no sé qué. me creerías que soy buena persona si te dijera lo que quieres oir?
La cuesta abajo era interminable, casi infinita para su tiempo. A medida que el cuerpo caía y se entregaba al peso de la gravedad, perdía con cada golpe, y poco a poco, la sensibilidad y con ella también la vida... Se detuvo. No sabia si era el fondo ni el final. Lo único que percibía eran los aromas. Sin sonido, visión ni tacto olfateaba el ambiente. Todo era sangre y polvo, una mezcla horrible que se hacia insoportable... Lloró. Y cuando sus lagrimas llegaron a su boca un calor divino recorrió la espalda del malogrado muchacho, como si aquella mujer que el amo masajeara su espalda con dulzura... El no pudo saberlo, pero su rostro esbozo una pequeña sonrisa... En su cabeza agudos sonidos, como de miles de voces pequeñas, remecían lo poco de vida que quedaba dentro de el. Poco a poco el ruido se desvaneció hasta finalmente desaparecer...
( silencio)
Abrió sus ojos. Volvió a su espacio normal. Su cuerpo temblaba... Sueño o no, en su mente fue cruda realidad. Un nuevo día se presentaba. Ya de pie respiró hondo y recorrió el lugar con sus ojos. Incluso había sol. Presentía que nada seria igual... Sonrío. Esta vez sí lo noto...
Hace algunos días me puse a pensar acerca de la importancia de las canciones tristes en estos tiempos tan emo, donde lo que predomina es la pena básica y torpe, oscura, tipo de comercial de Rimel. ¿Donde quedaron las verdades absolutas?. Siempre me han gustado esos temas hirientes, heroicos, los que te matan incluso pololeando y los esos que se transforman en banda sonora. Aca va una pequeña lista destructiva, para pasar agosto:
1.- The blower's daughter / Damien Rice (letra) (escuchar)
La ponen siempre en la 92.1 tipo 2 de la madrugada. Especialmente diseñada para los que no tienen nada que hacer los Domingos en la noche y pasean en auto. Contraindicada para días nublados, a menos que tengas el valor, claro.
"Puedo despertar, pero no me puedo levantar"...Que peor que eso. Rogar que te quieran. Acto patetico por el que todo ser humano que se precie de ser ha pasado. Desear con mucha fuerza algo imposible: despertar el sentimiento de protección del otro. En el suelo. Llorando. Las esquinas de la cuidad estan llenas de historias asi: mucho mas que las de sexo, que todas las pancartas nos venden con tanto esmero. Que se se vayan un poco al carajo: todos nos usamos. Hazme algo es el himno de toda la traición amorosa que ronda en este extraño país
3.-Wish You Were Here / Pink Floyd (letra) (escuchar)
Todos tenemos un Syd Barrett en nuestras espaldas: ese personaje que desaparecio y se enfermó, que enloqueció con los años, que no se explica las cosas, que no se puede borrar y tributamos en silencio en los años nuevos. En las eras digitales, quizas se encuentra en algun megabit perdido mascando su propia inocencia, como en una carretera donde solo mean borrachos. Probablemente ese Barret es una mujer que te apago. WYWH es un clásico absoluto. Como disco y canción. Absolutamente recomendable en toda lista.
La lista para servir. Por ahora sólo sería eso hasta ahora.
Se supone que a los niños le gustan los dinosaurios y los autitos y las figuritas de acción y, obvio, juguetear a ser jugador de fútbol y soñar con el reconocimiento, la ovación y las modelos curvilíneas ( y huecas) que se pelean por ti en las discos de moda. Bueno, a mí me gustaban los dinosaurios, las figuritas de acción y las modelos, pero sin el fútbol de por medio. Los dinosaurios, en ese entonces, ocuparon un lugar estúpido pero importante en mi escalafón de intereses estúpidos. Es más, durante un par de años me dediqué a construirlos. (Ahora que lo escribo, suena más estúpido que lo estúpido que imaginé al recordarlo.CUEC). Yo no sé en qué estaba mi cabezota en ese entonces. El tiempo libre abundaba y me dedicaba a ir a bibliotecas, buscar recortes de diarios, fotocopiar, dibujar y, posteriormente, realizar un plano de lo que sería un “dinosaurio a escala”. Por suerte no estaba solo en esto; un amigo, mi partner en ese entonces, tenía la misma estupidez científica de creerse paleontólogo al peo, de esos que buscan fósiles en el patio de su casa, en medio de la mierda del perro. Bueno, la cosa es que me transformé en una especie de niño “Sábados Gigantes”, tal como los del clan infantil, buenos para repetir y dar fechas, medidas y nombres, pero menos amanerado (eso creo).
Terciado, papel maché, tornillos, madera para tallar, cola fría, tempera, fotos, recortes, diarios, videos, memoria y dedicación. ¿Resultado? Dinosaurios que colgaban de mi pieza y que eran el orgullo de un ñoño como yo( y de mi vieja, no sé porqué). Dinosaurios que daban susto. Que se veían imponentes y magníficos. Que se veían correctos. Pobres, pero correctos. Dinosaurios de papel que, en unos meses, terminaban hecho polvo, comidos por esos bicharracos comemadera hijos de la gran puta que los remil parió. Sí, así como leen. Meses de trabajo, de concentración, y esos simpáticos bichitos, buenos para el diente, hacían un banquete con mis creaciones. Por eso, de esos tiempos sólo quedan un par de garras y una cabeza loca por ahí. Recuerdos buenos y ñoños. Estúpidos y requetecontra estúpidos, pero con amor por el arte y la ciencia (no puedo creer que escribí eso). Si hasta nos ofrecieron exponer en una "feria de ingenio", pero no pudimos hacer más piezas por falta de tiempo y poca plata para insecticidas. Cosas de la vida.
