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Mi vida hecha ajedrez

[porque en el fondo nunca el peón se come al rey ]

to be continued...

viernes, junio 29, 2007


Cuando estás en la puerta de la mayoria de edad universal (me refiero a los 21) - y eso que faltan 3 meses- , te obligas a pensar, a sacar resultados y, muy a regañadientes, a generar balances del tiempo que llevas a tu espalda. Eso antes de entrar, claro. Es lo correcto, es lo que se acostumbra, es lo que te viene con el viejazo hijo’eputa - y no es que se viejo tampoco -. Onda, el pack promocional que te regala la conciencia. Y uno, como es “weón” de optimista, recibe ese pack dando saltitos de ganador, pero, en el fondo, igual te complica su resto, por que da paja detenerse y decirte “ya, en qué vas, weón”.Pero te insistes y le das vuelta al asunto para conocerte mejor, y cresta que es difícil mirarse al espejo. O sea, cada vez que voy semiboracho caminando por las calles viendo los postes de luz llego a pensando estas retrospectivas, por que ese viajecito catártico, es EL viaje al pasado, y de manera sin restricciones, es más fácil lograr esos resultados.

De más, cumplir vientiuno es importante, pero tampoco es un portal dimensional que te transforme en un viejo culiao lleno de responsabilidades estereotipadas, construidas para tipos panzones, con la camisita adentro y toda esa mierda pela cable, esa que muestran las teleserie nocturnas de tvn. Claro, sigo siendo el mismo chascón con la broma de mal gusto en la punta de la lengua; el mismo que puede pasar horas y horas viendo las mismas películas; el mismo que gusta de salir, compartir, pero también mutar en casa y ser el peor de los huraños. El mismo. El mismo cabezón con pinta de pendejo que se viste como tal y, chucha, que disfruta como tal. Es más, creo que con el tiempo me estoy sintiendo más pendejo, y no tiene nada que ver con la madurez, por ahí puede sonar a involución y es lo contrario. Esta más de la mano a lo que yo llamo… tener un prisma positivo y práctico para “darle” a la vida. ¿Para qué cagarse la vida uno mismo, si el resto se encargará de hacerlo sin que se lo pidas? Chas! Varita mágica, ¿cachai? Y eso mismo me hace ser más duro y desconfiado, pero sabiendo que nada puede ser tan terrible tampoco. Ahora, sé que no soy el más fácil de llevar, que soy un lunático del orto, un ogro, un caliente y bla bla, pero creo que valgo la pena y, en el fondo, sigo tratando de hacer bien las cosas no más, equivocándome como todos. A veces borracho, a veces sobrio, a veces cagao de la risa y, otras, con la melancolía picándome los ánimos. Y aquí voy, mamándome las responsabilidades, a veces viajando para recordar lo que era, y darme cuenta que, en el fondo, uno no cambia tanto. Por que ventiuno no es tanto tampoco -algunos diran nada-. Porque, quizás, a los cuarenta o cincuenta, recién, venga a sacar otros resultados. Y en una de esas, a esa edad, quién sabe dónde chucha estaré.

Sharaaaan!

Ya, ahora la cámara se aleja por mi ventana, atraviesa las nubes y muestra la tierra desde el espacio para poner un “continuará…” escrito en blanco semi transparente, ahí, con mi cara absurda y mi boca de pez (onda, jurel tipo salmón) de fondo, tal como esta foto de mierda que tanto me gusta.



Fin




Ebrio

sábado, junio 16, 2007



Ok. Escribo y estoy bien borracho y son ya las 5:19 am. Entonces pienso en bukowski, o en tantos autores que escribían ebrios, y me doy cuenta de lo que sale de mis gotas de alcohol. Pero no soy un genio borracho. No, ni siquiera soy un genio lúcido, pero me río y posteo fotos... Sí, posteo fotos, fotos que tienen sentido sólo para mí. Igual... Como que bien fome, como ese video que vi el otro día en YouTube, bien fome, de una tarde cualquiera. Cualquiera para el mundo, pero mágica, bien de cuento para mí...


En fín,...





puta muela.

lunes, junio 04, 2007




Creo tener tantas huevada que decir, que me transformo en un colesterol de ideas obstruyendo la fluidez de lo que escribo. Son las 2 y media de la mañana. Bueno, algo así. En el TVN están dando "Estado Nacional" los políticos hacen el ridículo contradiciéndose. Me divierte cuando se hacen los profesionales. Los importantes. Cuando me aburro, tomo mis libros favoritos y los hojeo al azar. Es una especie de mini inspiración que me refresca de vez en cuando. Una tontera. Me estiro en la cama y me saco los calcetines. Van directo a la ropa sucia. Recojo un poco mis jeans y me dedico a caminar a pata pelada. El piso está helado, pero da igual. Vivir solo permite ciertos descuidos. Y este es uno de los más piolas. Abro el refri. Me doy cuenta que, de a poco, se va llenando. En la bandeja del medio está la mitad del pastel que comió mi hermano la semana pasada. Me pregunto que estará haciendo ahora. Cierro la puerta, no tengo hambre. El eco de mis pisadas se pierde con los gritos de un perro en la esquina. Voy a poner música. Adanowsky es lo primero que suena en el aleatorio del winamp. Me rasco la cabeza. Al hacerlo me doy cuenta que tengo el pelo largo. Me tomo una foto para comprobarlo. Una foto dice más que un espejo... Chucha, me veo más cabezón de lo que soy, pienso. Me saco la polera – esa fea de color mostaza - y agarro unas tijeras, para remediar en algo el volumen de mi cráneo. Es feo mi pelo, pero no el peor que he visto. Un par de mechones que caen al lavamanos y me detengo. Tal vez es tiempo de dejarme estar. VAMOS, Tengo 20 años. Se supone que a esta edad tengo que ser un irreverente, freak y desordenado jovenzuelo (ja!). Aprovecho las luz y reviso mis dientes. Hay una muela que me está jodiendo, y mucho. Vuelvo a ponerme la polera y es Javiera Mena lo que suena. Me cepillo los dientes. Prometí acostarme temprano y es lo que haré. Pantalones afuera y a dormir...