<body><script type="text/javascript"> function setAttributeOnload(object, attribute, val) { if(window.addEventListener) { window.addEventListener('load', function(){ object[attribute] = val; }, false); } else { window.attachEvent('onload', function(){ object[attribute] = val; }); } } </script> <div id="navbar-iframe-container"></div> <script type="text/javascript" src="https://apis.google.com/js/platform.js"></script> <script type="text/javascript"> gapi.load("gapi.iframes:gapi.iframes.style.bubble", function() { if (gapi.iframes && gapi.iframes.getContext) { gapi.iframes.getContext().openChild({ url: 'https://www.blogger.com/navbar.g?targetBlogID\x3d37386102\x26blogName\x3dMi+vida+hecha+ajedrez\x26publishMode\x3dPUBLISH_MODE_BLOGSPOT\x26navbarType\x3dTAN\x26layoutType\x3dCLASSIC\x26searchRoot\x3dhttps://altazuziedad.blogspot.com/search\x26blogLocale\x3des_CL\x26v\x3d2\x26homepageUrl\x3dhttp://altazuziedad.blogspot.com/\x26vt\x3d86663475983693438', where: document.getElementById("navbar-iframe-container"), id: "navbar-iframe" }); } }); </script>

Mi vida hecha ajedrez

[porque en el fondo nunca el peón se come al rey ]

Debo aprovechar





Mirando tras la ventanilla de aquella sucia micro vi terminarse el mundo plano ante mis ojos. Vi terminar el todo que nos envuelve y aparecer la nada blanca - llena - que siempre imaginamos. El caos general fue instantáneo. La bola de fuego, que del cielo descendía, traía consigo el fin de las culpas y la mentira. El fin de las vidas falsas el inicio de la muerte verdadera. El lamento de muchas felicidades. El arrepentimiento del suicida. ¡Que porquería! Creí que muchas cosas nunca tuvieron sentido. De hecho creí que habría más tiempo para aprender. . Creí tantas cosas... La gente corre sin destino aparente. Esta vez los colores o estirpes sociales me parecen una burda estupidez. Ricos, pobres y clase media corren, se tropiezan, caen, se empujan y lloran con la misma intensidad. Ni siquiera las religiones importan. Los autos quedan abandonados, las pertenencias tiradas a la suerte del escape, las cruces pisoteadas por la desesperación. No hay fe en las lágrimas, menos en los alaridos. No hay divinidad a la espera del fin. El ser se entrega a la seguridad de la carne quemada. Se entrega a la luz terminal.

Pienso. Ya la gente de la micro me abandonó, se pierde tras los cerros. Pienso. Estoy solo, mis manos buscan imágenes para no olvidar. Para recordar a quienes me hicieron bien, a quienes me salvaron de tantas muertes. Pienso. Pienso, no paro de pensar. Es como dicen, la vida pasa en frente de tus ojos, en segundos!. No es como lo creía, pero se parece. El tiempo se acaba... Tantos errores sin importancia, tanta gente que hice mi enemiga, tanto dolor regalado. Tantas quejas prostitutas. Tantos perdones aceptados, tantas amistades alejadas. Tantos abandonos. Tantos deseos de absolución. Tanta felicidad. Tantos nombres en su nombre. Mierda. Mi madre, mi madre, mi madre. Pienso en ella, quiero morir en su regazo. Decirle que le debí todo. Que abandoné su techo por necesidad de crecer, no por escape. Que me fui por amor, que parte de su alma me la traje conmigo. Que siempre la tuve como ejemplo... Detengo el frenesí en un segundo. Me observo niño, despreocupado, solitario, con la atención justa, feliz. No sé por que me tomo esto con tanta calma. ¿Por que no corro? ¿ Por qué simplemente me dedico a pensar? ¿Existe algo después? Lo único que tengo es esto. Son minutos decisivos. No pretendo abdicar mi introspección, incluso ahora. Veo gente de fuego, veo humo en los cuerpos retorcidos, veo cadáveres mal olientes, veo formas ardientes. Kilos y kilos de chatarra humana son llevadas por la onda expansiva. Veo aves huyendo. La naturaleza abandonada. Pobres criaturas, gracias a nuestra culpa- cargada por los siglos- desaparecen también. Siempre a la sombra de nuestra soberbia "inteligente". Siento más pena por ellos, me doy cuenta. Pero ya es tarde, unos metros y desaparezco. Ya no veo, no puedo abrir mis ojos. Necesito cerrarlos y solo escuchar. Pensar en ella, en ese amor inexistente no tengo o tuve alguna vez, quizás sonreír sin darme cuenta. Tocar mi pecho y sentir mis últimos latidos. Dedicártelos, hubiese sido bueno. Me arrepiento. Debí agradecer esas sonrisas, esas criticas, esas caricias. Agradecer ese amor, ese paciencia. Me diste lo que necesitaba. Mi mejilla está húmeda. Ahora sí que me entrego al llanto. Esto no es glamoroso y emotivo como en las películas. Ni siquiera hay música de fondo. Esto no es como creía. ¿Es fin o inicio? Quema. Duele. Me desvanezco.......... Ya no existo. Ahora todo es tan simétrico...



(silencio)



Despierto. Mis ojos siguen abiertos. Sigo en la sucia micro, el movimiento es el típico. El viaje de retorno continua. Me doy cuenta que ni siquiera dormía. Abro mi libro. Escucho en mi pendrive "Canción para mañana" de Los Bunkers, pienso que es un buen tema. Sigo el ritmo con los pies. Una pareja se besa apasionadamente dos asientos más adelante y a unos metros veo un pájaro, que vuela desde un poste eléctrico, uniendose a los demás. Veo en su danza con el viento la perfección. Suspiro. Mi propia imaginación me dio otra oportunidad, pienso. Debo aprovechar.

Me obligo a hacerlo...






« Home | Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »

» Publicar un comentario