¿Título?
Afuera unos vecinos se cagan de la risa cada treinta segundos. Por el otro lado, unos niños imaginan que sus juegos son lo más serio del mundo, y planifican a grito pelado sus aventuras. Yo escucho clarito, todo es como en estéreo, por que tengo las ventanas abiertas. De manera extrema en mi casa entregados totalmente al ruido.
Vecinos y niños. Y yo, en mi pieza, tecleando. Me pongo esa polera jetona con la que duermo. Y afuera otra carcajada del vecino reaparece.
Mientras escribo, el olor a óleo impregna todo. Y eso me gusta, por que me recuerda la sensación que me arropa cuando pinto. Si ventilo las piezas es para refrescarme, no para dejar ir ese aroma exquisito, y menos para escuchar lo que pasa a mi alrededor. Tomo agua helada y prendo un cigarro (Con fósforos, no encuentro ni un puto encendedor). A veces, por segundos tragicómicos, me pongo a pensar en los motivos del vicio del humo.Y es difícil encontrar respuestas dignas, fuertes – tal vez no las tenga –, pero no pierdo las esperanzas.
Pienso en eso cuando reviso mis películas que bajo del emule . La Sagrada Familia, Little Miss Sunshine, El Perfume, El Hombre de la Guerra, Montaña Sagrada, El Topo, Melissa P y Borat.
Y los vecinos ya no se ríen.
No pues. No se le ocurra decir que ahí sobra un título.