esencia
Ya. Ahora todos se creen psicólogos y se adentran en las personas y su vida, como si de ponerse los calcetines se tratase. Yo prefiero jugar con mi barba mientras escucho a Fran Valenzuela. Yo prefiero sentarme a escribir un relato. Claro, no voy a dármelas de un héroe de micromundos cuando todos, hoy, se consideran héroes de macromundos. No tiene sentido. Ya no voy a creerme ningún cuento y, menos, creerme el cuento de los engrupidos. El tiempo pasa y las concepciones se mantienen. Pero esas manos que sostienen todo eso que llamamos esencia, evoluciona. Justo cuando todos presumen tolerancias de a mentira. Justo cuando me convierto en un autosuficiente y egoísta más del montón. Y justo cuando redefino tanta palabrería vomitada por ahí.
Amén