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Mi vida hecha ajedrez

[porque en el fondo nunca el peón se come al rey ]

Pinochet

La primera vez que tuve conciencia de Pinochet fue gracias a una extraña fotografía, en la cual mi abuelo paterno, jubilado suboficial del ejército, está estrechando la mano del general. Ambos sonríen. En segundo plano, están algunos vecinos del barrio de mi abuelo, todos milicos jubilados y también sonríen. La foto está enmarcada en una vieja cómoda de madera despellejada que tiene mi abuela en su pieza. Mi abuelo ya lleva un tiempo muerto entonces y recién caigo en el hecho de que él le está estrechando la mano al presidente. Presidente, le decía mi abuela. Yo intuí que eso era algo importante. El tipo de la foto salía bastante en televisión y comprendí pronto de qué se trataba esto de ser presidente de un país.

Pero luego vinieron algunas incoherencias respecto de Pinochet en mi vida. Recuerdo haber visto hace un tiempo, cuando chico, un reportaje del plebiscito de 1978, en el que recordaba la campaña "Sí a Chile", en donde se invitaba a votar "Sí".

"¿Tú votaste que sí cierto mamá?"
"Por Pinochet, ja... no... yo voté que no", me respondió molesta.

Cuando chico, nunca entendí bien las expresiones "golpe de estado" o "estado de sitio" lo que significaban. Por una parte, casi como si fuera una expresión innombrable, mi abuela me corregía diciendo que el golpe no era golpe sino un pronunciamiento.

Recuerdo el cambio de la moneda de 10 pesos, ¿sé acuerdan? esa mujer desnuda que rompía cadenas en la parte de atrás de las monedas de 10 pesos antiguas, con la inscripción "libertad" y la fecha del golpe.


Recuerdo ir creciendo y constatando esas discusiones de política de mis abuelos – tanto paterno como materno – defendían y abolían respectivamente el gobierno, de ese entones, de los milicos.

Recuerdo haberme enterado que el gobierno de Allende le entregó materiales a mi otra abuela para que construyese su casa propia en la toma de Tejas de Chena y que ella emputecida se negaba a reconocerlo años después.

Y recuerdo la historia de que días después del golpe mi abuelo materno tenía unos discos de contenidos inconvenientes para la época y un arma de fuego en la casa y que tenían miedo de que los milicos entraran y le hicieran algo.

Entonces, no sé en qué minuto, Pinochet comenzó a ser el enemigo, independiente de que mi familia estuviese dividida. En mi casa, después, circulaban muchas revistas y diarios viejos que denunciaban al viejo y a su gobierno.

En una misa, hace tiempo – y no sé porque pero la recuerdo muy bien -, uno de los sacerdotes mencionó una vez el tema de los derechos humanos en la prédica y como era un antro de fachos, muchos se retiraron indignados.

Alguna vez fui con mi hermano una demostración de los comandos especializados anti motines que se hizo en el Tucapel y nos metieron la idea de que los milicos eran héroes en los tiempos del gobierno de Pinochet.

Ya adolescente tuve conciencia clarísima de CNI, DINA y otras siglas desafortunadas.

La foto de Pinochet con mi abuelo se perdió en algún orden que se hizo de esa casa. No existe más. La guardaría ahora como una especie de trofeo de guerra. La vi por años, y hubo momentos en que me avergonzaba. Después, me percaté cuán involucrados estamos todos en este país y cuán responsables somos de estar aún algo divididos.

Lo que no me esperaba, en todo caso, era que este viejo huevón durara esta turrada de años. Se murió de 91, con la cabeza impecable, con su escolta millonaria en el Hospital Militar por un problema al corazón. No fuimos capaces de enjuiciarlo, de meterlo a la cárcel. No fuimos capaces de dar alivio a los que perdieron a su gente en esto.

Así, el sabor de la muerte de Pinochet es impunidad. La herida no se cierra.

Y por eso, a mí me duele que se haya muerto, aunque hace tiempo ya que esto era tan predecible.

¡Creo en una justicia divina, ya que la nuestra dio vergüenza!




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5:41 a. m., diciembre 11, 2006

no hay mejor justicia que la divina...
Dios sabe lo que hara con el...
segun mi opinion no debiera haber ningun tipo de manifestacion de alegria...
alegria? i q paso con todo el sufrimiento q aun conversa el pais?
a mi no me van a devolver a mi tio ni a mis demas compatriotas muertos...
por eso todo quedara en manos de Dios...

Saludines mi cabro bello :D    



4:57 a. m., enero 09, 2012

Que rojo eres a veces.    



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