<body><script type="text/javascript"> function setAttributeOnload(object, attribute, val) { if(window.addEventListener) { window.addEventListener('load', function(){ object[attribute] = val; }, false); } else { window.attachEvent('onload', function(){ object[attribute] = val; }); } } </script> <div id="navbar-iframe-container"></div> <script type="text/javascript" src="https://apis.google.com/js/platform.js"></script> <script type="text/javascript"> gapi.load("gapi.iframes:gapi.iframes.style.bubble", function() { if (gapi.iframes && gapi.iframes.getContext) { gapi.iframes.getContext().openChild({ url: 'https://www.blogger.com/navbar/37386102?origin\x3dhttp://altazuziedad.blogspot.com', where: document.getElementById("navbar-iframe-container"), id: "navbar-iframe" }); } }); </script>

Mi vida hecha ajedrez

[porque en el fondo nunca el peón se come al rey ]

tortura biológica.



No puedo quedarme dormido antes de las 4 de la mañana. Eso es un hecho. Por más que lo intente, mis ojos están abiertos y llorosos como los de Alex en "La naranja mecánica". Sí, una tortura "soft" impuesta por mi reloj biológico, pero, al mismo tiempo, uno de los pocos ratos tranquilos y silenciosos de mi frenética jornada. El resto, mientras tanto, duerme como si fuera su última oportunidad de descanso. Yo, tratando de endulzar un poco el frío, doy la última cucharada al pote con manjar y me levanto a lavar mis dientes para volver a acostarme y dormir. Son las 3:34 AM y cierro mis ojos por obligación. Onda "es lo correcto", ¿cachai?

Weas.


« Home | Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »

» Publicar un comentario