contado con los dedos
No hay caso, por más que le diga, rara vez mira la cámara.
Cuando me pongo a pensar en las fotos que tengo con mi vieja, me doy cuenta que son pocas, contadas con los dedos de la mano de mickey y todo eso. Quiero decir, ya de adulto no hay tantas, y las que hay con ella mirando a la cam son casi un tesoro. Aparte, si bien soy un tipo de abrazos y añuñucos, no soy del que digo “vamos, el abrazo para la fotito, viejujita linda”. Y eso, entre otras cosas, le da mucho más valor a imágenes como esta. Fotos que, de tan especiales, me hacen recordar muy bien el contexto en que fueron tomadas (digamos que ésta es la continuación cronológica del texto anterior).
¿y saben? Es verdad eso que dicen, que la distancia es la medida que subraya los sentimientos. Es como antes, pero mejor ¿se entiende?
¿mamón? da lo mismo...